Luisa Hernández, alegre, despierta y de mirada abierta. Buscadora insaciable. Camina entre los mundos de la salud, la educación y el arte.

 Anabel Lacasta, mujer vital, idealista e inquieta por aprender. De su profesión en el ámbito de Recursos Humanos nace su interés por las psicoterapias de corte humanista.

 Se encuentran por la DanzaMovimientoTerapia. Ambas conciben la danza como medio de comunicación, relación y conexión entre cuerpo, mente y emoción.

 Esta danza surge de la improvisación a partir de los dibujos de Lucile. Muestra la veracidad del movimiento de cada una. Mediante trazos sencillos y sinceros, sus cuerpos dibujan garabatos que reposan en el contacto con la otra para mostrar tiernas y cálidas escenas.